_¿Estas bien?
Fueron las primeras palabras que escuche. Estaba agotado después de tanto correr, y decidí dormir un poco en el suelo. Abrí los ojos para ver quien me hablaba, y era una mujer de cabello rosado, algo muy poco común. Me fui levantando poco a poco mientras la mujer me ayudaba, y me dijo de nuevo:
_¿Estas bien? Estas todo pálido..
Yo no sabia que contestarle, siempre he sido pálido toda mi vida, y le conteste con un frió "Si".
_Eres uno de ellos igual, ¿Verdad?
_¿Qué?
_Te pregunte que si eres uno de ellos.
Yo estaba totalmente confundido. No tenia ni idea de quien era ella, y mucho menos de que me estaba preguntando.
_¿Qué quieres decir? _le pregunté, no tenia ni idea de que trataba de decirme_
Después de verme por unos lentos segundos, pego una risa y contestó:
_Ah, entonces no sabes, déjame explicarte.
Después de eso, nos levantamos, y fuimos caminando juntos al camino de las montañas, mientras me explicaba todo lo que ocurría.
_¿Sabes a donde vamos? _le pregunté_
_Claro que si, vamos a una escuela. ¡Vamos a ser estudiantes de nuevo!
_¿Escuela de que?
_Una escuela para seres que personas normales no aprecian. Déjame explicarte. Me llamo Diana, soy una chica que ha tenido un pacto con un demonio bastante fuerte. El demonio me da aveces miedo, pero hemos aprendido a ser buenos amigos, y me ha recomendado ir a este lugar para que aprenda a usarlo mejor.
Después de oír su relato, mis pasos fueron haciéndose cada vez mas lentos, hasta llegar a un punto al cual se quedaban parados.
Ella noto el miedo en mis ojos, y se acerco a mi lentamente. Yo estaba paralizado por los nervios.
_Mira, se que tienes miedo, ya que es tu primera vez socializando con personas como yo, pero no tienes porque temer. Después de todo, tu eres uno de nosotros.
_¿A que te refieres con eso? _respondí con la voz temblorosa_
_Si, puedo verlo en ti. Tienes la piel pálida como la luna, los ojos rojos en el reflejo del cielo, y siento en ti esa aura sobrenatural. Definitivamente eres un vampiro.
Me quede atónito al oír esto. Siempre supe que yo era diferente a los demás. Mi piel era mas clara que la de mis amigos, y mis ojos aveces se tornaban espeluznantes por la noche. Yo aveces me preguntaba a la hora de dormir si es que esto seria algo grave, pero nunca me imagine que llegaría a serlo de tal manera. Yo, ¿Un vampiro? Eso jamas me lo imagine. Siempre pensé que esas cosas no existían.
_Mira, ¡Ya llegamos! _dijo ella_
Al parecer mientras pensaba acerca de mis orígenes habíamos llegado a la tal montaña. A lo lejos se alcanzaban a ver dos figuras con túnicas negras, afuera de una gran puerta de ébano.
_Bien, es ahora o nunca. Vamos. _dijo ella de nuevo_
_Vamos...