sábado, 2 de agosto de 2014

Inicios - Capítulo 3 - Cuando la luna se esconde...

Caminamos lentamente hacia las puertas negras, fijándonos como las personas encapuchadas nos miraban a través de sus oscuros trajes. Nos detuvimos frente a la puerta, cuando un sonido poco usual nos obligo a voltear a ver a unos sujetos cerca de unos arboles.

_¡Eh, mira como está de linda la luna!

_Claro, pero mas linda tu hermana no lo creo, he he.

_¡No digas tonterías si no quieras que te de una buena patada, hombre!

Eran unos hombres por así decirlo "normales", de mediana edad y algo fortachones. Parecían estar de excursión o explorando a altas horas de la noche. Lo extraño, es que nos ignoraron completamente, como si no estuviéramos ahí. ¿Acaso no nos vieron aun cuando toda la luna iluminaba el lugar, o tal vez si nos vieron pero era normal para ellos? Todo se volvía cada vez mas extraño, hasta que las dos figuras nos hablaron.

-Su raza es bienvenida aqui. Su entrada se les sera concedida.

Tras haber dicho esto, la puerta de ébano se abrió lentamente, dejando salir un aire bastante frió desde el oscuro pasaje. 

_Bien, es ahora o nunca. ¡Entremos! _dijo mi amiga, emocionada_

Sin que tuviera una oportunidad de responder, me tomo del brazo y se puso a correr, arrastrándome con ella hacia la profunda frialdad de la cueva.
Eche una mirada hacia atrás mientras corríamos, solo para ver como la puerta se cerraba con la misma velocidad con la que se abrió, dejando pasar un rayo de luz de luna que se hacia cada vez mas diminuto.

Yo me sentí identificado con ese débil rayo de luz. Mi mente todavía no lograba captar la noticia anterior, y ahora que todo ocurría tan rápido, no pude digerir bien todo. Mi mente empezó a sentirse mas confusa, mas débil, mas.. algo difícil de describir.

Me sentía solo, ni si quiera confiaba en mi propio ser. Lo único que me hacia sentir mejor, era esa pequeña luz que solía ver yo por la ventana de mi cuarto. Me era agradable ver por fin algo familiar cerca de mi, pero me resultaba triste saber, que ese pequeño gesto de hogar, se desvanecía con el paso del tiempo, tal y como mis esperanzas de poder regresar a una vida normal.

Seguimos corriendo varios minutos. Tal vez horas. No se, no me di cuenta, yo estaba tratando de acomodar mis pensamientos. Mi mente era un mar, y en ese instante se encontraba en un huracán. De la nada, la chica dejo de correr, y al final del túnel se alcanzaba a ver una luz tenue. Agudizamos nuestra vista, y alcanzamos a verificar que la luz provenía de una vela.

_Ahora, hay que ir silenciosos.. _dijo mi amiga_ No queremos que nadie nos descubra..

Mientras ella decía eso, yo sentía como mi cabeza se mareaba demasiado. No tenia idea de que me pasaba. Todo se oía tan lejano mientras que alcanzaba a oír mis latidos y a mi sangre moverse dentro de mi cuerpo.

_Pero... ¿Qué te pasa?_

Fueron las ultimas palabras que escuche antes de que mi cuerpo perdiera la fuerza y se desplomara al suelo, incapaz de moverse ni de oír ni de ver ni de hacer nada. No podía ni mover un simple dedo, estaba completamente paralizado. No me quedo otra opción mas que dormirme.

¿Acaso así se sentirá desmayarse...?

jueves, 10 de julio de 2014

Inicios - Capítulo 2 - El comienzo

_¿Estas bien?

Fueron las primeras palabras que escuche. Estaba agotado después de tanto correr, y decidí dormir un poco en el suelo. Abrí los ojos para ver quien me hablaba, y era una mujer de cabello rosado, algo muy poco común. Me fui levantando poco a poco mientras la mujer me ayudaba, y me dijo de nuevo:

_¿Estas bien? Estas todo pálido..

Yo no sabia que contestarle, siempre he sido pálido toda mi vida, y le conteste con un frió "Si".

_Eres uno de ellos igual, ¿Verdad?

_¿Qué?

_Te pregunte que si eres uno de ellos.

Yo estaba totalmente confundido. No tenia ni idea de quien era ella, y mucho menos de que me estaba preguntando.

_¿Qué quieres decir? _le pregunté, no tenia ni idea de que trataba de decirme_

Después de verme por unos lentos segundos, pego una risa y contestó:
_Ah, entonces no sabes, déjame explicarte.

Después de eso, nos levantamos, y fuimos caminando juntos al camino de las montañas, mientras me explicaba todo lo que ocurría.

_¿Sabes a donde vamos? _le pregunté_

_Claro que si, vamos a una escuela. ¡Vamos a ser estudiantes de nuevo!

_¿Escuela de que?

_Una escuela para seres que personas normales no aprecian. Déjame explicarte. Me llamo Diana, soy una chica que ha tenido un pacto con un demonio bastante fuerte. El demonio me da aveces miedo, pero hemos aprendido a ser buenos amigos, y me ha recomendado ir a este lugar para que aprenda a usarlo mejor.

Después de oír su relato, mis pasos fueron haciéndose cada vez mas lentos, hasta llegar a un punto al cual se quedaban parados.

Ella noto el miedo en mis ojos, y se acerco a mi lentamente. Yo estaba paralizado por los nervios.

_Mira, se que tienes miedo, ya que es tu primera vez socializando con personas como yo, pero no tienes porque temer. Después de todo, tu eres uno de nosotros.

_¿A que te refieres con eso? _respondí con la voz temblorosa_

_Si, puedo verlo en ti. Tienes la piel pálida como la luna, los ojos rojos en el reflejo del cielo, y siento en ti esa aura sobrenatural. Definitivamente eres un vampiro.

Me quede atónito al oír esto. Siempre supe que yo era diferente a los demás. Mi piel era mas clara que la de mis amigos, y mis ojos aveces se tornaban espeluznantes por la noche. Yo aveces me preguntaba a la hora de dormir si es que esto seria algo grave, pero nunca me imagine que llegaría a serlo de tal manera. Yo, ¿Un vampiro? Eso jamas me lo imagine. Siempre pensé que esas cosas no existían.

_Mira, ¡Ya llegamos! _dijo ella_

Al parecer mientras pensaba acerca de mis orígenes habíamos llegado a la tal montaña. A lo lejos se alcanzaban a ver dos figuras con túnicas negras, afuera de una gran puerta de ébano.

_Bien, es ahora o nunca. Vamos. _dijo ella de nuevo_

_Vamos...

lunes, 16 de junio de 2014

Inicios - Capítulo 1 - Dulce y viejo hogar

Toda historia necesita tener un inicio y un final. 

Mis inicios fueron algo normales. Nací en Italia, Perugia, en el año 1529. Era el único hijo de la tercera familia mas adinerada de la ciudad, la familia Couteau.

La familia Couteau era famosa por tener un linaje bastante corto y, a la vista de algunas personas, sospechoso. ¿Sospecha? Si, sospecha. La familia tenia un árbol genealógico bastante corto para la cantidad de dinero que tenia. No había mas de 3 generaciones, siendo nosotros la ultima, y aparte los miembros pasados tenían nombres tan extraños que la gente discutía si en realidad existieron o no.

Bueno, todo esto no es tan importante. Mi familia era adinerada pero era acusada de corrupción y de tratos pocos confiables con organizaciones criminales de ese entonces.

Una noche, me desperté a las 6 de la tarde, (Normal que me despertara a esa hora, ya que estaba acostumbrado a dormir en el día) y la casa tenia un ambiente extraño. Toda la casa, normalmente iluminada, se encontraba bajo la luz de las ventanas, que resplandecían de un naranja parecido al fuego. También se oían algunas voces afuera de mi cuarto, y eso no era normal.

Me levante de mi cama, me coloque mi ropa de diario, y camine al cuarto de mis padres para ver si se encontraban. En esa época yo contaba apenas con 15 años de edad, mas o menos. Al entrar al cuarto de mis padres, me encontré con algo inusual. Todo esta perfectamente arreglado, muy limpio, muy vació. Esto no era normal ya que mis padres eran bastante desordenados, tanto como yo.

Esto me levanto sospechas, y camine a un paso mas apresurado al salón principal. Ahí lo que me encontré fueron a mis padres con un par de sacos y bolsas con sus pertenencias dentro de ellos. Lo raro es que había luces afuera de la casa y gritos de personas enojadas afuera. 

No entendía que pasaba, así que me fui acercando mas y mas a mis padres. Estos me detuvieron, me tomaron por los brazos y me dijeron al oído mientras me entregaban una carta sellada "Ve a las montañas del este y no regreses acá. Te alcanzaremos ahí".

Tras esto, los mire a los ojos, los abrace, y me fui corriendo por la puerta trasera hacia las montañas que me dijeron.




domingo, 12 de septiembre de 2010

Introducción - Prólogo

Antes que nada quiero darle una cálida bienvenida a cualquier persona que haya entrado a ver este pequeño espacio de mi historia.

En este lugar, estaré redactando poco a poco mis orígenes dentro del rol. Me preocupare por ir desde lo mas atrás, desde los días que nací, hasta el día que haya muerto.

También, si el tiempo me lo permite, agregare toda la información que tenga acerca de como ganar alguna batalla. Desde cuerpo a cuerpo hasta armas, así como desde magia a conjuraciones.

Quiero darle unas gracias enormes a todas las personas que me han apoyado durante la creación de este relato y que han tenido alguna relación con mi vida.